El libro ‘Subterráneos’ de Enrique Escandell ya esta en la calle, este proyecto explora el fenómeno del graffiti sobre el metro, documentada con capturas de cámaras de seguridad, multas o pruebas aportadas en juicios contra escritores.

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No os perdáis la interesante entrevista que le hacen desde VICE.

VICE: Qué hay, Enrique. ¿Cómo nace este proyecto, por qué decides retratar el movimiento de los escritores de metro en distintas partes del mundo?
Enrique: 
Porque es parte de mi vida, probablemente soy fotógrafo un poco por eso. Los escritores que se cuelan en el metro hacen fotos cada dos días, y tienen que entender un poco de fotografía porque para llegar a ella, para llegar a fotografiar la pieza final en un vagón han sufrido mucho. Así que nada puede salir mal. Al final creo que este proyecto ha sido una forma de explicar toda la energía dedicada al graffiti. Ha sido como seguir pero cambiando la bolsa de pintura por una cámara.

¿Cuál es la diferencia entre un grafitero y un escritor, por qué os llamáis a vosotros mismos así?
Los grafiteros no existen. Al menos no es un término con el que se identifiquen. Esto es un debate mucho más complejo, pero se podría decir que el graffiti son letras y por lo tanto se escriben, lo que pasa es que parece que la herramienta es lo que socialmente define qué es. El pensamiento erróneo de que si se hace con spray, es graffiti. Lo mismo pasa con la palabra graffiti, que en español es grafiti pero deliberadamente la usamos con «ff» como forma de resistencia a la definición dada en la RAE. Hay dos autores que han escrito sendos textos en mi libro, Alberto Feás y Javier Abarca. Y ambos escriben graffiti, con dos -f, de forma muy consciente.