El 18 de Octubre de 2018 en Chile, el descontento social y indiferencia estatal conllevo la revuelta social, donde la ciudadanía se tomo las calles viéndose asesinada y reprimida. El graffiti local se transforma en un medio de comunicación social político, donde se posponen las crews y nombres a favor de la revuelta efectuando consignas, mensajes subversivos, propagandistas y uniendo la escena del graffiti por un fin común, la solidaridad y empatía territorial.